¿Por qué algunos medicamentos afectan la memoria?
A medida que envejecemos, el cuerpo procesa los medicamentos de forma diferente: cambian la absorción, la eliminación y la sensibilidad del cerebro a ciertos fármacos. Eso hace que muchas personas mayores sean más propensas a sufrir efectos secundarios como confusión, pérdida de memoria temporal o somnolencia. Nunca asumas que los problemas de memoria son solo “por la edad”: a veces son efectos de medicamentos o de la combinación de varios.
Principales grupos de medicamentos que pueden afectar la memoria
A continuación explico, los grupos más comunes y por qué generan problemas:
1. Anticolinérgicos
(se encuentran en: algunos antihistamínicos que se utilizan para alergias/resfriados, ciertos antidepresivos y fármacos para la vejiga)
- Qué hacen: bloquean una sustancia del cerebro llamada acetilcolina, importante para la memoria.
- Efecto en mayores: pueden provocar confusión, dificultad para recordar y aumento del riesgo de caídas.
- Ejemplos: difenhidramina, algunos antidepresivos tricíclicos, tolterodina (para la vejiga)
2. Benzodiacepinas y fármacos para dormir.
- Qué hacen: deprimen la actividad cerebral para reducir ansiedad o ayudar a dormir.
- Efecto en mayores: producen somnolencia diurna, pérdida de memoria y mayor riesgo de caídas; su uso prolongado está desaconsejado en ancianos.
3. Opioides (analgésicos fuertes)
- Qué hacen: alivian el dolor actuando sobre receptores en el sistema nervioso.
- Efecto en mayores: pueden causar somnolencia, confusión y enlentecimiento cognitivo, especialmente al inicio o cuando las dosis aumentan.
4. Antipsicóticos y algunos antiepilépticos
- Pueden empeorar la atención y la memoria en personas susceptibles. Se usan en algunas condiciones, pero requieren supervisión estrecha.
5. Otros fármacos (menos frecuentes pero posibles)
- Algunos inhibidores de la bomba de protones (IBP), antihistamínicos de primera generación y combinaciones farmacológicas también se han asociado con deterioro cognitivo en ciertos estudios. Por eso es importante revisar todos los medicamentos, incluso los aparentemente “inocuos”.
Señales que deberían encender una alarma
Si un familiar o paciente nota alguno de estos cambios tras empezar un medicamento o aumentar la dosis, conviene consultar:
- Confusión nueva o empeoramiento de la memoria.
- Somnolencia diurna marcada o “desconexión”.
- Dificultad para orientarse en el tiempo o el lugar.
- Cambios bruscos del estado de ánimo o comportamiento.
¿Qué hacer si sospechas que un medicamento afecta la memoria?
- No suspendas medicación por tu cuenta. Muchos fármacos requieren reducción gradual.
- Haz una revisión completa de medicación con tu médico o farmacéutico: incluye recetas, remedios de venta libre y suplementos.
- Pide priorizar deprescripción (retirar medicamentos innecesarios) o alternativas más seguras: por ejemplo, cambiar un antihistamínico sedante por uno no sedante, o evitar benzodiacepinas y optar por terapias no farmacológicas para el insomnio.
- Revisa interacciones: a veces no es un único medicamento sino la combinación la que produce el problema.
- Registra cuándo ocurren los síntomas (fecha, horas, relación con la toma del fármaco) para facilitar el diagnóstico.
Prevención y control: recomendaciones prácticas
- Lleva siempre una lista actualizada de medicamentos al consultorio.
- Pide una revisión anual de medicación (o cada vez que haya nuevos síntomas).
- Favorece medidas no farmacológicas cuando sea posible (higiene del sueño, fisioterapia, control del dolor no opiáceo, técnicas de manejo de ansiedad).
Conclusión
Muchos problemas de memoria son parciales y reversibles si se detectan a tiempo y se revisa la medicación. No asumas que la pérdida de memoria es “normal” o irreversible; consultar y hacer una revisión de medicamentos es un paso sencillo que puede mejorar la memoria, la energía y la calidad de vida. Si tienes dudas, tráeme la lista de medicamentos en la próxima consulta: lo revisaremos juntos y buscaremos alternativas seguras.
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